El pasado 3 de abril, Jeremy Desel, director de comunicaciones del Departamento de Justicia Criminal de Texas, indicó que ha habido un cambio en el procedimiento de ejecución para los presos condenados a muerte.

El Estado de Texas, mediante su Servicio de Prisiones, decidió no permitir la presencia de algún guía religioso en la “cámara de la muerte” al momento de las ejecuciones.

Esto es una noticia negativa para los sacerdotes católicos y los reos necesitados de conversión cristiana, pues estos no estarán presentes para confortar, escuchar alguna última confesión por parte del reo, y, si es el caso, acompañar al ejecutado en un arrepentimiento de su pecado en el último momento.  

¿Por qué sucedió esto?

El 28 de marzo, la Corte Suprema de los Estados Unidos falló a favor de Patrick Murphy, un condenado a muerte de 57 años de edad y converso al budismo en prisión, para permitirle tener un sacerdote de esta religión en el momento de su ejecución.

El problema fue que el Estado de Texas solo tiene personal católico y evangélico para acompañar a los presos en esos momentos. Con dicha petición de la Corte Suprema, se tuvo que suspender la ejecución de Murphy para asegurar la presencia de Hui-Yong Shih, su asesor espiritual budista.

Ante esto, y “en nombre de la igualdad”, Texas optó por tratar a todos por igual. Es por esto que, después de la ejecución de Murphy, ningún preso tendrá la compañía de un guía religioso al momento de la ejecución. Estos deberán permanecer en el área de testigos, con la familia y amigos.

Por otro lado, el Estado de Texas indicó que con este cambio garantizará la administración segura y ordenada de la pena de muerte.

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