Algunos podrán pensar que la Semana Santa se celebra desde el Jueves Santo hasta el Domingo Santo. Sin embargo, esta celebración va más allá de estos días centrales.

No solo hablamos del Domingo de Ramos, el día donde inicia esta semana central en la fe cristiana. Estamos hablando del Lunes, Martes y Miércoles Santo.

¿Qué se celebra en esos días?

Lunes Santo

Se medita el Evangelio de la unción en Betania (Juan 12, 1-11). Pocos días después de la resurrección de Lázaro, su hermana María, en muestra de gratitud, unge los pies de Cristo con un perfume tan caro que equivalía el salario de un obrero de un año.

Se contempla la inmensidad de la misericordia de Dios, que va más allá de, por ejemplo, uno de los objetos más caros que se pudo encontrar en ese momento. Humanamente no podemos pagar todo lo bueno que el Señor nos ha de dar con su sacrificio.

Martes Santo

Se conmemora el momento en que Cristo reveló que uno de sus apóstoles lo va a traicionar, señalando a Judas. Así también se recuerda que Cristo le anunció a San Pedro que lo negaría tres veces antes que cante el gallo (Juan 13, 21-33.36-38).

Se muestra a un Cristo que tiene paciencia a las debilidades y pecados de sus apóstoles. No castiga a Judas ni recrimina a Pedro. Los ama, a pesar de lo que sucederá, cómo lo hace muchas veces con nosotros.   

Miércoles Santo

Tanto el Lunes, como el Martes como el Miércoles se habló de él. El lunes, fue él quien se quejó de que María usase un perfume caro en los pies de Jesús, el martes se lo señaló como el traidor, y en este día se ve cómo buscó la forma para traicionarlo (Mateo 26, 14-25).

Judas se sintió defraudado por Jesús, no era el Mesías que buscaba ¿Cuántas veces hemos sentido lo mismo? ¿Cuántas veces nos hemos sentido incómodos con alguna enseñanza de Cristo porque nos pedía dejar uno que otro vicio? Ante esto tenemos dos opciones, la de Judas que es irnos de Cristo, o la de la misericordia, que es confiar en el perdón de Dios y seguir con Él.

¡Vamos al encuentro de Jesús resucitado!

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