Estamos a puertas del Miércoles de Ceniza y del tiempo de Cuaresma. Para el Padre Sam, este tiempo es como un “gimnasio espiritual”.

Es que, según expone este sacerdote, este momento litúrgico nos ayuda a pulir nuestro espíritu con mucho esfuerzo y ejercicio espiritual.

Así también, existe un entrenador personal que nos ayuda a crecer y fortalecer nuestra alma: Cristo, quien nos da su ejemplo al ser Él el primero en ir al desierto por 40 días a ejercitar el espíritu para la misión.

Según la Iglesia, hay tres formas esenciales para ejercitar nuestro espíritu en este tiempo:

Ayuno:

Al ser el pecado la debilidad de la voluntad, el ayuno ayuda a la persona a fortalecerla. A tener en cuenta que somos capaces de decirle no al pecado.

Limosna:

Nos hace ver al prójimo, y nos recuerda que hay un hermano necesitado, hambriento.

Oración:

Nos hace poner la mirada en Dios y no ponernos a nosotros mismos como el centro de la vida.

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