Laura Klassen, una de las activistas pro-vida estadounidenses más conocidas, compartió la anécdota de Robert P. George, erudito de las leyes estadounidenses, filósofo político e intelectual público que se desempeña como profesor de Jurisprudencia.

En esta, Robert conversaba con un grupo de estudiantes sobre historia y les hizo la siguiente pregunta: “Si ustedes hubieran nacido en el sur de Estados Unidos cuando esta era esclavista, ¿ustedes hubieran sido esclavistas?”. Todos respondieron que no evidentemente.

“Por supuesto, es una completa tontería. Sólo la fracción más pequeña de ellos, o de cualquiera de nosotros, habría hablado contra la esclavitud o levantado un dedo para liberar a los esclavos”, indicó el filósofo.

Según él, si estos alumnos se hubieran opuesto a la esclavitud en una sociedad esclavista, hubieran sido impopulares, detestados y ridiculizados por la mayoría de sus “amigos”.

Les hubiera costado muchas amistades y hubieran sido llamados de varias formas desagradables. Sin mencionar que se les hubiera negado valiosas oportunidades educativas y profesionales por no compartir la perspectiva moral de la mayoría de las empresas.

Robert indicó que si los alumnos, tomando en consideración todo esto, hubieran seguido indicando que estarían en contra de la esclavitud, él les habría preguntado si tendrían la misma postura con alguna posición moral actual en el mundo. Quizás la cantidad de alumnos abolicionistas hubiera cambiado.

La intención de Laura Klassen al compartir esto, es demostrar cómo es ser pro-vida en muchos lugares donde el aborto es legal. Cómo muchos jóvenes sufren ridiculización y pierden oportunidades educativas y laborales por no estar de acuerdo con las leyes abortistas de su sociedad.

Habría que pensar qué responderían los descendientes de estos alumnos que contestaron a la pregunta del profesor Robert en cuanto ser provida en una sociedad abortista.     

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