Precaución: este artículo contiene spoilers de la película de Netflix “Bird Box”.

Mons. Robert Barron, Obispo Auxiliar de Los Ángeles, Estados Unidos, y fundador del ministerio católico Word on Fire, escribió un análisis sobre cómo la película “Bird Box” demuestra la pobreza espiritual del mundo actual.

La película pertenece a la plataforma de Netflix y está basada en una novela británica con el mismo nombre. Es un thriller protagonizado por Sandra Bullock y John Malkovich.

El personaje de Bullock, Malorie, es una mujer embarazada y artista talentosa, cuyas obras reflejan el problema actual de la falta de comunicación entre las personas. Ella tiene problemas de empatía con las demás personas, especialmente con su hijo por nacer, a quien lo quiere dar en adopción.

En medio de sus conflictos personales, el mundo es atacado por unas “entidades espirituales”. Seres aparentemente invisibles que al “mirarlos” o percibirlos, piensas en todo lo terrible de tu vida. Llegando a tal punto de tener un impulso irrefrenable de querer suicidarte.

Lo que el obispo Barron encontró interesante es que esta película abre la posibilidad de que existan entidades espirituales malignas en este mundo, pero para enfrentarlas los personajes no invocan a Dios.

“He comentado a menudo cómo en las películas de desastre estándar que representan invasiones extraterrestres o calamidades naturales, la gente casi nunca invoca a Dios. Se unen, muestran coraje, encuentran reservas internas de fuerza, etc., pero casi nunca piden ayuda de una fuente sobrenatural”, escribió el obispo.

Hay un momento en particular en que el obispo ve reflejada la espiritualidad de nuestra época. En esta, uno de los personajes trata de explicar lo que está sucediendo. Une muchas ideas religiosas y mitológicas para darle un sentido. Cuando todos lo miran como si fuese un loco, él responde: “Lo obtuve del internet”.

El obispo reflexionó sobre cómo en el occidente del mundo, la religión se ha roto o se rindió frente a las tendencias populares, muchas veces en nombre de lo “políticamente correcto”.

Es por eso que, frente a la realidad negativa del demonio y sus huestes, no tienen otro remedio que inventarse historias, o buscar su propia voluntad moral para poder enfrentarlo, cosa que funciona en las películas… pero no en la vida real.

En un momento, él compara los personajes de “Bird Box” y “¡Qué bello es vivir!”, una película de los años 1940. En esta última, el protagonista, George Bailey, frente a toda la desgracia que vivió, se pone de rodillas y reza. Dios le responde mandando a un ángel que le ayuda a reencontrar el sentido.

Mientras que en “Bird Box” existe el mundo espiritual negativo y no hay nada más que hacer que enfrentarlo con nuestra voluntad, en “¡Qué bello es vivir!” se acepta que hay una visión positiva de lo espiritual, que está Dios y se puede contar con Él.

“Los personajes de  Bird Box especulan que los espíritus malignos se manifiestan como la suma total de los temores más grandes de una persona, lo que explica el efecto devastador que tienen sobre quienes los ven. Si Dios efectivamente ha desaparecido, entonces nuestros temores nos abruman; o en el mejor de los casos podremos mantenerlos a raya”, concluye el obispo Barron.

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