Al entrar a una iglesia es común ver a las personas arrodillarse. Pero, ¿ante quién o qué se arrodillan?

Lo correcto es hacer una genuflexión ante el sagrario, que suele estar ubicado cerca del altar del templo.

Los católicos no nos arrodillamos ante objetos, sino ante Dios y es Él quien está en el sagrario, donde se conserva el Santísimo Sacramento.

¿Cómo saber si el Santísimo se encuentra en un templo? Busca una vela encendida cerca del sagrario y así tendrás la certeza de que nuestro Señor Jesús está ahí, y es hacia Él que debes arrodillarte.

Si no la ves encendida, acude a tu párroco y recuérdale la importancia de que la vela esté prendida cuando el Santísimo se encuentre en el sagrario.

¿Y en qué momento debo arrodillarme?

Según las Instrucciones Generales del Misal Romano, los fieles deben arrodillarse durante la consagración, desde la epíclesis (cuando el sacerdote pone sus manos sobre el pan) hasta la aclamación después de la consagración.

Aún así, los obispos de cada región tienen la autoridad de adaptar esta norma.

Las personas que se encuentran enfermas no están obligadas de arrodillarse. También se puede omitir la genuflexión por razón de espacio, cuando hay demasiadas personas en la Misa.

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