Más de uno se hace estas preguntas: ¿Por qué en Misa existe la colecta?, ¿desde cuándo se acostumbra hacerlo? ¿para qué está destinado el dinero reunido?

La colecta consiste en recoger las donaciones de los miembros de la iglesia para las necesidades de la misma o los pobres y necesitados.

Esta costumbre comenzó en la época de los primeros cristianos. Al principio, el fiel donaba el pan y el vino para la consagración.

Mientras pasaba el tiempo, los fieles podían donar otras cosas para la congregación o las necesidades de los pobres.

Actualmente es más eficiente donar dinero en vez de pan, vino, animales u otras especias. A pesar de que aún hay iglesias donde se aceptan donaciones de pan y vino para la Misa.

A diferencia del “diezmo” evangélico, lo donado en la colecta depende de la consciencia y realidad de cada fiel. El diezmo establece que cada fiel debería dar el 10% de su salario a su iglesia.

Se sabe de párrocos que han usado el dinero de forma incorrecta. Si encuentras ese caso, repórtalo ante la autoridad pertinente (usualmente el obispo).

Recuerda que el mantenimiento del templo donde vas a Misa tiene un costo y con tu aporte además ayudas a los más necesitados de tu barrio o ciudad.

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