¿Tienes abuelitos? ¿Ya partieron al cielo? Hay pocos regalos más hermosos que contar con ellos en nuestra vida y el Papa Francisco lo sabe.

Estas son 8 enseñanzas del Santo Padre que nos recuerdan su valor:

1.- Una de las cosas más bonitas de la vida de la familia, de nuestra vida, es acariciar a un niño y dejarse acariciar por un abuelo o una abuela.

2.- El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente, aunque no pensemos en ello. Y si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros.

3.- Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere.

4.- La oración de los ancianos es un don para la iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para la entera sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ocupada, demasiado absorbida, demasiado distraída.

5.- Los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles. ¡Una gran capacidad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte, ¡es poderosa!

6.- Qué bello es el aliento que el anciano logra transmitir al joven en busca del sentido de la fe y de la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los abuelos tienen algo especial para los jóvenes. Y ellos lo saben.

7.- Los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar, porque esta civilización seguirá adelante sólo si sabe respetar su sensatez y su sabiduría.

8.- ¡Es feo ver a los ancianos descartados, es una cosa fea, es pecado!¡No nos atrevemos a decirlo abiertamente, pero se hace! Hay algo vil en este acostumbrarse a la cultura del descarte. Pero nosotros estamos acostumbrados a descartar a la gente.

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