“El amigo fiel es seguro refugio, el que le encuentra, ha encontrado un tesoro”. Eclesiástico 6, 14
Todos estamos muy contentos por la reciente canonización de Madre Teresa de Calcuta y recordamos la hermosa amistad que mantenía con San Juan Pablo II. ¿Se imaginan ser santos y amigos?
Pero ellos no fueron los únicos. ¡Conozcan estas santas amistades! Que nos sirvan de inspiración para encontrar amigos que nos acerquen más a Dios.
San Ignacio de Antioquía y San Policarpo
Ambos fueron obispos católicos en la Iglesia primitiva; San Ignacio, obispo de Antioquía y San Policarpo, obispo de Esmirna. Según una antigua tradición fueron discípulos del apóstol San Juan. Es famosa la carta que Ignacio le escribiera a Policarpo dándole muchos consejos para su vida cristiana y como futuro obispo.
San Francisco de Asís y Santa Clara de Asís
Este es uno de los más grandes ejemplos de santidad y amistad en toda la historia de la Iglesia. Ambos compartieron un profundo amor por Cristo y por toda la Iglesia, especialmente por los más pobres. Clara fue alumna de Francisco durante su adolescencia, por eso solía hacerse llamar “la pequeña planta del bendito Francisco”. Sobre su amistad, Benedicto XVI dijo que “cuando dos almas puras e inflamadas del mismo amor por Dios se encuentran, hallan en la amistad recíproca un fuerte estímulo para recorrer el camino de la perfección”.
Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz
Ambos santos, además de cultivas una gran amistad, también compartieron su amor por la poesía. Juntos fundaron la orden de los Carmelitas Descalzos y fueron declarados santos y doctores de la Iglesia.
San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima
Ambos son santos peruanos conocidos mundialmente y aunque no se conocen los detalles de su amistad hay muchos factores que los relacionan. Ambos nacieron en Lima con una diferencia de 7 años y fueron bautizados en la Iglesia de San Sebastián por el mismo párroco: el padre Juan Antonio Polanco. Ambos sintieron el llamado de servir al Señor y encontraron la forma de hacerlo en la orden de los dominicos en Lima. Algunos historiadores concuerdan que ambos compartieron momentos atendiendo enfermos en una especie de enfermería que Santa Rosa tenía en casa. En la actualidad sus cráneos son venerados en la Iglesia de Santo Domingo en la ciudad de Lima.
Santas Perpetua y Felicidad
Perpetua era una mujer con mucho dinero que vivió a finales del siglo II y principios del siglo III. A los 22 años fue arrestada por ser cristiana junto a su esclava y amiga Perpetua. Al negarse a adorar a dioses paganos ambas fueron condenadas a muerte en el circo. San Agustin contaba que la historia cómo fueron decapitadas era contada en las Iglesias y muchas personas se convertían admirados por el heroísmo de estas jóvenes mujeres.
Existen muchos más casos. ¿Conoces más santas amistades?
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