El fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, es conocido por su gran devoción a la Virgen María, especialmente en la advocación de Nuestra Señora de la Merced, a quién pidió su intercesión en numerosos momentos de su vida.

San Josemaría es un referente cuando se habla de amor a la Madre de Dios, en varios de sus escritos ha resaltado con gran cariño el papel principal de la Virgen en el camino de santidad de los fieles.

“La Virgen. ¿Quién puede ser mejor Maestra de amor a Dios que esta Reina, que esta Señora, que esta Madre, que tiene la relación más íntima con la Trinidad: Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo, y que es a la vez Madre nuestra? –Acude personalmente a su intercesión” (Forja, 555)

Sin embargo, una de las advocaciones marianas que tuvo un lugar especial en el corazón de este santo es Nuestra Señora de la Merced.

“Todas las advocaciones que conoció encontraron un lugar en su corazón, y algunas cobraron especial relevancia en momentos concretos de su vida: la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, fue una de ellas” indica el Opus Dei en su página web.

La devoción de San Josemaría Escrivá a la Virgen de la Merced

En 1941, el santo español recibió una gran noticia, el Opus Dei había recibido su primera aprobación.

“La reacción de San Josemaría fue dar gracias a la Virgen María, y quiso enviar un telegrama a sus hijos de Barcelona donde les pedía que fueran a la Merced a dar las gracias a la Virgen por los continuos cuidados maternos que procuraba a la Obra”, agrega el Opus Dei.

Sin embargo, las adversidades contra la orden no terminaron, en particular por la oposición al mensaje de santificación del trabajo que ofrecía. Estas dificultades fueron especialmente retadoras en Barcelona.

“Para confortarles, Josemaría Escrivá decía, a los primeros hijos catalanes del Opus Dei, que estaba seguro de que el Señor, con la mediación de la Virgen de la Merced, bendeciría la tarea apostólica de la Obra en la capital catalana con muchos frutos”.

Imagen de San Josemaría rezando frente a Nuestra Señora de La Merced. Créditos: Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0)

El 21 de octubre de 1946, el santo español volvió a Barcelona a agradecer personalmente a la Virgen de la Merced su intercesión, especialmente en temas relacionados al Opus Dei.

“A partir de aquel momento, las visitas a La Merced serían habituales, y han sido continuadas después por sus sucesores y por muchos miembros del Opus Dei. Como un hijo necesitado que pide ayuda a su Madre, volvió a la Merced a finales de los años 60, cuando el fundador del Opus Dei visitó numerosos santuarios marianos para rogar por la situación de la Iglesia”.

El reconocimiento de la intercesión de la Virgen María por el Opus Dei llevó a San Josemaría a afirmar el 7 de octubre de 1966:

"Cuando, pasado el tiempo, se escriba la historia del Opus Dei, habrá en sus páginas –¡cuántos acontecimientos llegan ahora a mi memoria!- hechos que vieron la luz en esta ciudad condal, entre vosotros y bajo la mirada de la Virgen de la Merced".

Con gran devoción, acudamos siempre a la Virgen de la Merced

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