Santa Gianna Beretta y su esposo Pietro Molla son un claro ejemplo de que se puede alcanzar la santidad en el matrimonio. Su testimonio de vida nos deja más de una enseñanza sobre el noviazgo y el verdadero amor.

Gianna conoció a Pietro en 1954 en una Misa. Él era ingeniero y ella médico, ambos eran parte de la Acción Católica. Durante su noviazgo, recuerda ACI Prensa, Gianna fue siempre clara sobre la meta de su relación y “al mismo tiempo, era maravillosa transmitiendo a Pietro su gran alegría de vivir”.

El 24 de septiembre de 1955, la pareja contrajo matrimonio, una unión que fue inquebrantable a pesar de la distancia y la enfermedad.

En un artículo para National Catholic Register, Meghan Schultz resaltó 5 enseñanzas que nos deja este santo matrimonio a través de las cartas que se enviaron a lo largo de los años.

1. Expresar las emociones

La pareja intercambiaba con honestidad y afecto los deseos de sus corazones. Ambos mostraban con amabilidad su entusiasmo por la vida juntos en el matrimonio, a la que sabían que su noviazgo los estaba llamando.

Gianna: "Quiero hacerte feliz y ser aquella que tú deseas: buena, comprensiva y pronta a los sacrificios que la vida nos pedirá".

Pietro: "Está comenzando una nueva vida para mí: la vida de tu gran (y muy deseado) afecto y de tu radiante bondad... También quiero hacerte feliz y entenderte bien".

2. Pedir la intercesión de Dios

A menudo, Gianna y Pietro expresaban en sus cartas su voluntad de amar desinteresada y dignamente, y presentaban sus intenciones ante Dios.

Gianna: "El Señor realmente me ha bendecido. Eres el hombre que había deseado, pero a menudo me pregunto, ‘¿Seré digna de él?’ Sí, digna de ti, Pietro, porque quiero tanto hacerte feliz, pero temo no poder hacerlo... Cuando esto sucede, le pido a Dios: 'Señor, conoces mi deseo y mi buena voluntad. Suple lo que falta y ayúdame a ser la esposa y madre que tú deseas y que pienso que Pietro también quiere'".

Pietro: "Tu gentil humildad hace de tus dones más hermosos y tu amor más dulce. Esa es la respuesta a la pregunta que me haces: Tí eres todo para mí, querida Gianna…. Yo ya siento que eres la digna esposa que esperaba y la incomparable madre de los hijos con los que Dios nos bendecirá. Ruego que el Señor me haga siempre digno de ti".

3. Anhelar la virtud

Ambos vivían profundamente su fe y deseaban alcanzar la santidad. En una de sus cartas, Gianna simple y humildemente pide la ayuda de Pietro para apartarla del pecado y el error.

Gianna: "Pietro, ¡quiero ser esa mujer fuerte del Evangelio! En cambio, me siento débil en pensamiento y sentimiento. Esto significa que debo apoyarme en tu fuerte brazo. ¡Me siento tan segura, tan cerca de ti! Te pido un favor: A partir de ahora, Pietro, si me ves haciendo algo mal, dime, ¿de acuerdo? Si lo haces, siempre te estaré agradecida".

Pietro: "Para mí eres la mujer fuerte del Evangelio. Cuando estoy contigo, mi alegría está completa. Estoy seguro de que nunca me darás motivo para tener que corregirte. A tu pregunta, respondo con la misma solicitud de mi parte".

4. Compartir las preocupaciones e inseguridades

Las hermosas cartas de esta santa pareja dan algunos ejemplos de sus miedos y la capacidad que tenían de compartir sus preocupaciones entre ellos.

Gianna: "Pietro, te prometí que siempre te contaría mis preocupaciones. Debo contarte algo que me hace sufrir. Tengo miedo de que tus padres no estén satisfechos conmigo, de que no sea lo que querían para ti".

Pietro: "Mi querida Gianna, No hay razón para tus dudas o temores. Mamá, papá y mis hermanas creen que no podría haber encontrado a nadie mejor que tú, nadie más adecuada para sus esperanzas y las mías, nadie mejor adaptada a mi carácter y vida… Tú eres la bienvenida, la que todos mis seres queridos querían para mí".

5. Dar tiempo a la oración y los sacramentos

A través de su relación y en medio de sus profesiones, Gianna y Pietro se dedicaban a llenar sus días con los sacramentos y la oración, tanto para la gloria de Dios como por amor al otro.

Gianna: "Te amo mucho, Pietro, y siempre te tengo presente, comenzando por la mañana durante la Santa Misa. En el Ofertorio, ofrezco tu trabajo, tus alegrías y tus sufrimientos junto con los míos; luego repito la ofrenda todo el día hasta la noche".

Pietro: "'Gracias por darme a Gianna como la dulce compañera de mi vida. Haz que nuestro amor crezca cada vez más grande, más dulce, más puro. Hazme digno de ella y que nuestra familia reciba las bendiciones del Cielo; que nosotros y nuestros hijos seamos santos'. Esta fue mi oración a Jesús tan pronto como vino a mi corazón, al mismo tiempo que me conmovía tu recogimiento devoto mientras hablabas con Jesús".

¡Que el amoroso ejemplo de Gianna y Pietro inspire relaciones santas!

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