¿Estás sufriendo por algo? Sacerdote explica como poner el dolor en las manos de Dios
¿Quién no pasó alguna vez por un momento de sufrimiento? “Cuando nos enfrentamos cara a cara con nuestras limitaciones, podemos ponernos en las manos de Dios -dice Andrea Picciotti-Bayer y continúa- cuando somos humildes, nos volvemos más misericordiosos y somos capaces de vivir la verdadera caridad y el amor”.
En un inspirador artículo escrito para National Catholic Register, Andrea Picciotti-Bayer comparte algunos consejos de un sacerdote para poder poner nuestro sufrimiento, nuestros problemas o nuestro dolor en la manos de Dios.
Sacerdote explica como poner el sufrimiento en las manos de Dios
Se trata del padrfe Jacques Philippe, miembro de la Comunidad de Bienaventuranzas, quien se dedica especialmente a la predicación, la dirección espiritual.
Lo primero que alerta el sacerdote es no caer en una trampa: es imprescindible NO preguntarnos por qué estamos sufriendo. Hacerlo solo nos atormentará. En cambio, debemos centrarnos en cómo viviremos el sufrimiento.
Luego comparte cuatro pasos para afrontar el sufrimiento con una mirada sobrenatural.
Primer paso: Rezar. En la oración podemos pedir humildemente la gracia de soportar el sufrimiento. Cuando confiamos en Dios, él siempre viene a visitarnos.
Segundo paso: Debemos estar en contacto constante con la Sagrada Escritura. La Palabra de Dios nos ayuda en nuestro sufrimiento como un recordatorio de que el consuelo de Dios a menudo llega lentamente. (Si puedes soportarlo, vuelve a leer la historia de Job. Eso fue lento).
Tercer paso: Aceptar el sufrimiento como nuestro camino a seguir. Debemos tratarlo no como una carga sino como una luz para entender lo que Dios quiere de nosotros. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero funciona.
Paso final: tienes que saber que el sufrimiento se experimenta de manera única. Anna Karenina, de Leónn Tolstoy, comienza diciéndonos que las familias felices son todas iguales, pero que “cada familia infeliz es infeliz a su manera”.
Como comenta el padre Jacques Philippe, Dios siempre puede sacar el bien del mal. Hay que dejar que Él lo haga. Y muchas veces, nuestro sufrimiento puede ser bueno para nosotros; ayudándonos a crecer en la sabiduría cristiana.
Esperamos que estos consejos te ayuden a poner tu door en las manos de Dios.
Este artículo fue traducido y adaptado de National Catholic Register.
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