Sesión de fotos de una bebé recién nacida inspirada en Santa Teresita conmueve las redes sociales
En el día dedicado a Santa Teresita del Niño Jesús, una familia encontró una forma conmovedora de unir la fe y la ternura: convertir la primera sesión fotográfica de su bebé, Beatriz, en un homenaje a la patrona de las misiones.
La pequeña fue retratada durmiendo serena, envuelta en telas claras y un velo oscuro, sosteniendo un pequeño crucifijo, una alusión al hábito carmelita de Teresita. A su lado, una rosa roja, símbolo de la santa que prometió “hacer caer una lluvia de rosas sobre la tierra”.
La publicación compartida por el Estudio Casa Vila tocó miles de corazones: superó las 86 mil reacciones y alcanzó medio millón de visualizaciones en pocos días. En los comentarios, los usuarios expresaron su emoción:
“La sesión de fotos más hermosa que he visto hasta hoy 🌹”.
“¡Qué idea tan genial, Dios mío!”.
La madre de la pequeña Beatriz comentó en la publicación:
“Nuestra mayor riqueza, quedó mejor de lo que imaginé ❤️”.
Fe, belleza y eternidad
El estudio describió la sesión como “un momento lleno de fe, amor y esperanza, uniendo la ternura de la infancia con la dulzura de la santita”.
Y añadió:
“Momentos así nos recuerdan que la fotografía no es solo imagen, sino también memoria, oración y eternidad”.
La elección de hacer un homenaje a Santa Teresita no fue casual. Conocida como “la santita de las rosas”, Teresita aprendió a ver a Dios en las pequeñas cosas y convirtió la sencillez en camino hacia la santidad.
Su lema, “hacer lo ordinario con amor extraordinario”, parece resonar en la dulzura silenciosa de la imagen de la pequeña Beatriz.
La infancia que evangeliza
Ver a una bebé vestida como santa puede parecer solo un gesto simbólico, pero a la luz de la fe, hay algo más profundo: un testimonio de la transmisión de la fe desde la cuna.
En tiempos en que muchos buscan la belleza en las redes, una foto así recuerda que la verdadera belleza nace del amor que se entrega, y de la fe que florece en familia.
Que esta pequeña Beatriz, y todos los niños que llegan al mundo, crezcan envueltos en la ternura de Dios y bajo el perfume de las rosas de Santa Teresita.