¡Santo Strike! Monjas juegan bolos y desbordan alegría por la vida religiosa
La Conferencia Anual de Verano del Instituto Napa es conocida por reunir a líderes católicos durante una semana de formación intelectual, liturgia hermosa y comunidad, en el impresionante paisaje del Valle de Napa (Estados Unidos).
Pero este año, la conferencia tuvo un momento inesperado que conquistó corazones tanto en el evento como en redes sociales: ¡unas religiosas jugando a los bolos!
El viernes por la noche, después de la cena, más de una docena de hermanas de diversas comunidades —incluyendo a las Sisters of Life, dominicas, carmelitas y las Hermanas Marianas de Santa Rosa— se calzaron los zapatos de bolos en el Meritage Resort & Spa para una noche de alegría y competencia amistosa.
Con un entusiasmo contagioso, las hermanas llevaron su espíritu alegre a las pistas.
La noche de bolos improvisada fue organizada por algunas de las propias hermanas, quienes quisieron crear una oportunidad divertida para que religiosas de distintas comunidades se reunieran y compartieran un momento de fraternidad.
El resultado fue una velada llena de risas, “strikes”, “spares” y una alegría auténtica que hizo sonreír a todos los que las observaban.
“Para muchos católicos, es poco común ver a tantas mujeres religiosas reunidas”, comentó uno de los asistentes a la conferencia.
“Ver a hermanas de distintas comunidades alrededor del Meritage es un soplo de aire fresco. Nuestro mundo necesita ver más seguido el esmero de las mujeres consagradas”.
La participación de las hermanas en la conferencia es posible gracias a la generosidad de los donantes, y su presencia aporta una vitalidad especial al evento.
Su testimonio público es un recordatorio poderoso de la belleza de la vida religiosa y de la alegría que nace de vivir plenamente entregadas a Jesucristo.
Las fotos y videos de la noche de bolos, compartidos por el Instituto Napa, se volvieron virales rápidamente, acumulando miles de vistas y repartiendo sonrisas por todas las redes sociales.
Las imágenes captaron algo hermoso: hermanas religiosas compartiendo fraternidad y mostrando al mundo que la santidad y la diversión pueden ir de la mano.
Al ser testigos de la alegría que estas hermanas llevan a dondequiera que van, se nos recuerda la importancia de orar por las vocaciones a la vida religiosa. Su testimonio público del amor de Dios es justamente lo que nuestro mundo necesita ver.