Sacerdote ofrece el mejor consejo a los padres que enfrentan dificultades al llevar a sus hijos a Misa

Padre Mike Schmitz / familia en Misa. Crédito: @ascensionpress, Instagram / Pexels.

Ir a Misa con niños pequeños puede ser todo un reto, y más si uno desea escuchar con detenimiento las palabras del sacerdote. ¿Qué se puede hacer en esa situación? El Padre Mike Schmitz dio el mejor consejo a aquellas familias que enfrentan esta dificultad.

En su homilía del 10 de noviembre, el sacerdote, que es Director de Ministerio Juvenil y de Jóvenes Adultos para la Diócesis de Duluth y Capellán del Ministerio Católico Newman en la Universidad de Minnesota-Duluth (Estados Unidos), compartió un mensaje especial para las familias que llevan a sus pequeños a Misa.

“Padres, cada momento de lucha en la Misa es adoración. Lo están haciendo muy bien”, señala la publicación con un extracto del video.

Estás fueron las palabras del P. Schmitz:

“Ustedes, mamás y papás: van a Misa y sienten que no sacan nada de ella. Sacrifican mucho, y deben darse cuenta de que este sacrificio no siempre es tranquilo ni recogido. El sacrificio de Cristo en el Calvario.

Saben que ese sacrificio glorificó al Padre y salvó al mundo. Fue algo desordenado. No me imagino a nadie en la crucifixión, cuando Dios reconciliaba a la humanidad consigo mismo, siendo capaz de sostener ese pensamiento por más de dos segundos en su mente. Y, sin embargo, ofrecieron ese sacrificio.

Cada padre que va a Misa distraído, como todos los que están alrededor. Padres que están distraídos, ustedes pueden ofrecerlo todo. Incluso si no pueden ver, ni escuchar, ni concentrarse.

¿Cuál es el corazón de la religión? Es la adoración. ¿Y cuál es el corazón de la adoración? El sacrificio”.

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El video fue compartido por la cuenta de Ascension Press y se ha vuelto viral, con más de 25 mil “me gusta”.

Los usuarios de redes sociales han agradecido estas palabras y han dejado su propia experiencia como padres de niños pequeños:

“Llevar a mi hijo autista a la iglesia es MUY difícil porque no se queda quieto ni callado 😂😂. Estoy tratando de acostumbrarme a las miradas irritadas de algunos feligreses, pero sé que necesita estar cerca de la Eucaristía, como todos nosotros. Aunque me cuesta enfocarme durante la Misa, este tipo de recordatorios me animan a no rendirme. 💕🙏🏿”.

“Mi nuera, una conversa de una familia profundamente bautista (pastores, maestros de religión, etc.), ha abrazado el catolicismo con mucho amor. La parroquia a la que asiste no tiene una sala para niños, por lo que le toma un gran esfuerzo intentar mantener a los pequeños tranquilos. Hace poco, un feligrés la hizo sentir terrible porque le lanzó miradas de desaprobación cuando los juguetes de los niños (de 2 años y medio y 18 meses) se cayeron e hicieron ruido. Me duele por ella… está sola porque mi hijo, que está en la Marina, está lejos en este momento, y mi nuera lleva todo esto adelante sola. Hemos ido con ella muchas veces a la iglesia, y los niños son, en realidad, bastante tranquilos en comparación con otros. Creo que Nuestro Señor está feliz de que estén ahí”.

“Necesitaba escuchar esto hoy. Tenemos cuatro hijos. Siempre vamos a Misa en familia, excepto cuando alguno está enfermo. Nunca tenemos problemas con que sean disruptivos, pero cuando lloran, salimos. Nuestro más pequeño tiene un año, y a veces solo quiere caminar por todos lados, etc. Ayer estaba pensando en cómo no logré enfocarme mucho durante la Misa porque estábamos cuidando a nuestro bebé. El Señor conoce nuestros corazones. Agradezco a nuestros sacerdotes y a los feligreses por ser tan comprensivos con nuestra familia. Ahora bien, algo con lo que no estoy de acuerdo es cuando algunos padres dejan que sus hijos vean videos en el teléfono solo para que ‘se porten bien’. Eso causa más problemas a largo plazo, como más rabietas, y será más difícil enseñarles a quedarse quietos”.

 “Este es un gran consejo para que los padres escuchen. Recuerdo que mi hijo menor estaba haciendo un poco de ruido, así que mi esposo salió de la iglesia para no molestar a nadie. Nuestro párroco, que en paz descanse, lo llamó y le dijo: ‘¡Trae a ese bebé de vuelta aquí!’ Después, se sintió mal por haber llamado la atención a mi esposo, pero mi esposo estaba tan agradecido de que lo hiciera. Si les damos miradas de desaprobación a los nuevos padres porque sus hijos están un poco ruidosos, nunca van a querer volver a Misa”.

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