Rebeca Andrade, la única gimnasta que derrotó a Simone Biles en París: A Dios no le pedí una medalla, sino una oportunidad

Simone Biles, Rebeca Andrade y Jordan Chiles en el podio olímpico. Créditos: Ricardo Bufolin/CBG Confederação Brasileira de Ginástica.

Rebeca Andrade hizo historia al ganar el oro en gimnasia artística, derrotando a la medallista olímpica Simone Biles. La gimnasta dio una hermosa declaración de fe y confianza en Dios por todos los logros alcanzados.

Este lunes 5 de agosto, la deportista brasileña logró subir a lo alto del podio olímpico al ganar en el  ejercicio de suelo, sumando su sexta medalla olímpica en su carrera profesional.

En una entrevista con CazéTV sobre su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, la gimnasta comentó: “Dios me estaba preparando para que yo conquistara mis objetivos”.

Durante su declaración, Rebeca cantó un fragmento de una canción del cantante protestante Jessé Aguiar, que habla de las promesas de Dios.

"Te estoy preparando para un nuevo tiempo que ya va a llegar, para la linda historia que vas a interpretar. Calma, ya está llegando, es que lo estoy perfeccionando y lo vas a ver".

"Y es claramente eso", continuó la gimnasta. "Él está haciendo cosas increíbles que jamás podría imaginar. Quería mucho ser medallista, pero la forma en que está sucediendo, está siendo más de lo que esperaba y estoy muy orgullosa”.
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En otra entrevista luego de ganar la medalla de plata en salto, Rebeca comentó que:

“Si pides una casa a Él [Dios], no te va a dar una casa, te dará la oportunidad de conquistarla con tu sudor, con tu trabajo, con tus valores y entonces conquistarás tu casa; para que sientas que aquello no fue una cosa de Él, fue tuya y de Él”.
“Entonces digo que esta medalla no fue porque le pedí a Dios una medalla, Él me dio la oportunidad de conquistarla, pasé por todo lo que tuve que pasar, trabajé, sudé, lloré, me esforcé, reí, me divertí, viajé... Entonces siento que hice esto posible también y Él siempre estuvo allí bendiciéndome, protegiéndome y sintiéndose orgulloso de mí, sabiendo que su sierva siempre estaba dando lo mejor”.
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