Por 10 años se alejó de la Iglesia en búsqueda de libertad, pero el amor de Dios la trajo de vuelta

Crédito: @simplementeadriana, Instagram.

Durante una década, Adriana Corona Gil buscó respuestas lejos de la Iglesia Católica. Hoy, tras atravesar años de confusión, comparte con honestidad cómo fue que el amor de Dios la trajo de vuelta a casa… y la impulsa ahora a hablar de Él en sus redes sociales.

Desde su cuenta de Instagram “Simplemente Adriana”, la comunicadora, escritora y empresaria ha abierto su corazón para contar lo que significó alejarse del catolicismo en busca de una “libertad” que, en realidad, la dejó vacía.

En un video reciente, Adriana relata cómo su etapa universitaria la llevó a cuestionar la fe, atraída por ideologías y corrientes de pensamiento que, en su momento, le parecieron atractivas.

“¿Qué me hizo que me saliera del catolicismo? En primer lugar, entré a la carrera universitaria. Ya sabes, empiezas a ver unas ideologías y estudias muchos rollos que te parecen muy atractivos, y entonces empiezas a ver a la Iglesia como obsoleta, como que no tiene sentido, como que está anticuada. Pero eso es una trampa”, señala.

Durante ese tiempo, no solo abandonó la práctica religiosa, sino que se sumergió en lecturas esotéricas y en contenidos que la alejaban de Dios.

“Incluso me leí el libro que el nuevo orden mundial pretende suplantar a la Biblia. Ya lo leí. Es una verdadera blasfemia”.

Adriana reconoce que, en el fondo, lo que buscaba era conocer la verdad, alcanzar la libertad y encontrar al “Dios verdadero”… sin darse cuenta de que ya lo conocía desde antes.

“¿Y por qué me fui? Pues, buscando, según yo, buscando la libertad. Según yo, buscando al Dios verdadero, cuando el Dios verdadero está en la Iglesia Católica”.

Adriana señala que, a lo largo de esos 10 años, no se alejó del poder de Dios, sino que estuvo lejos de su infinito amor, algo que realmente le duele.

“Una de las cosas que más me ha dolido en mi vida —aunque sé que Dios me perdonó y se lo agradezco— es que me fui. Me perdí 10 años de tenerlo cerca de mi corazón, aunque Él nunca me abandonó, porque siempre estuvo conmigo. Pero yo sí lo abandoné a Él. Yo sí lo traicioné, y eso me duele mucho. Sé que me ha perdonado, pero pues, ya lo hice”.

Hoy, Adriana no solo ha regresado a la fe, sino que busca ayudar a muchos jóvenes que atraviesan crisis similares. A través de sus publicaciones, busca advertir, animar y mostrar que la verdadera libertad se encuentra en el amor de Dios.

“Aprendí dónde no está, dónde son mentiras. Y también esto me ha enseñado ahora a que yo pueda guiar y dirigir a muchos jóvenes. Pero esas fueron las razones que me llevaron a irme de la Iglesia, a criticar a la Iglesia, a despotricar de los curas. Yo hablaba pestes de los curas, etc. Y ahora, ¿quién me iba a decir? Fíjate, ¿quién me iba a decir a mí que ahora soy un apóstol, que ahora predico? Pues esos son los caminos de Dios”.

Inspirada por la figura de San Pablo, Adriana abraza ahora su historia como un testimonio de misericordia y redención.

“Dios no te elige porque estés preparado; Dios elige corazones dispuestos a servirle. Yo me identifico mucho con San Pablo. San Pablo perseguía a los cristianos, y después él acabó siendo un gran apóstol para Cristo. Pues me identifico con él. Igual yo, criticando y diciendo cosas deshonestas y no muy lindas de la Iglesia, y hoy me doy cuenta que estaba en un completo error. Y esa es mi experiencia, y te la quiero compartir”.
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Su mensaje ha impactado a las redes sociales. El video supera los 10 mil “me gusta” y ha despertado una ola de comentarios de personas que, como ella, vivieron un alejamiento espiritual y han vuelto al camino de la fe:

“La felicito por compartir su experiencia. Tengo una amiga que también se salió a otras creencias por un tiempo y dice lo mismo que usted. Dios y la Santísima Virgen María, con nosotros”.

“Yo cometí el mismo y terrible error, me alejé de Dios muchos años enojada, resentida, pensando que me había abandonado y fueron los PEORES años vividos. Bendito Dios, le doy gracias que me ayudó a abrir mi corazón y me recibió nuevamente en su rebaño. Gracias Padre Dios por tu misericordia y perdón”.

“Bendito sea Dios que escribe derecho en renglones torcidos. Gracias por compartir. También me fui de la Iglesia pero por 9 años. Cuando volví pude entender y vivir esto de que hay más alegría en el cielo por un hijo perdido que vuelve que por 99 justos que nunca se fueron”.

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