La hostia que sangra hace 770 años como advertencia contra la brujería
El milagro eucarístico de Santarém, en Portugal, está fechado en el año 1247 (algunos afirman que fue 1266) y está relacionado con una acción mal intencionada para hacer un hechizo.
El milagro eucarístico de Santarém: nacido del sacrilegio
En 1247 una joven esposa, atormentada por la infidelidad de su marido y en un intento desesperado por recuperar su amor, decide acudir a una bruja. Ella le dijo que era posible hacer una poderosa poción de amor que restauraría la fidelidad y pasión originales de su esposo.
El ingrediente indispensable para el éxito, sin embargo, era una hostia consagrada que la mujer misma debía conseguir.
La joven, consciente del sacrilegio, respondió al pedido y se dirigió a su parroquia, la Iglesia de San Esteban. Luego de recibir la Eucaristía, la escondió furtivamente en la esquina del pañuelo que llevaba en la cabeza.
Salió y se dirigió rápidamente a su casa, pero algunas personas se detuvieron a preguntar si estaba herida, porque vieron que gotas de sangre marcaban su camino.
La mujer comprendió de inmediato de dónde venía la sangre y, jadeando, corrió a casa, escondiendo rápidamente la partícula, envuelta en una tela, dentro de un cofre de madera.
La mujer se tranquilizó. Por la noche, el marido llegó a casa y, después de cenar, se fue a dormir como de costumbre.
Sin embargo, en medio de la noche, fueron despertados por un destello de luz que palpitaba dentro de la habitación y provenía del baúl de la mujer.
Luego se vio obligada a contarle todo a su esposo, quien se sorprendió al mirar a la hostia brillante y sangrando. Vieron entonces una espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante.
Apenas amaneció, corrieron a avisar al párroco, la historia del milagro de Santarém se difundió y mucha gente acudió al lugar para postrarse en adoración y oración.
La hostia fue devuelta a la Iglesia con una procesión solemne, el párroco la colocó en un relicario de cera de abejas y el sangrado continuó ininterrumpidamente durante tres días.
La hostia sigue sangrando desde hace 770 años
A lo largo de los siglos, el la hostia del milagro de Santarém ha continuado sangrando. Puede verse como tejido hemorrágico endurecido y fresco. Según las personas que lo vieron, tiene una forma irregular y venas que van de arriba hacia abajo.
El hecho de que la hostia haya permanecido intacto durante todos estos años es un “segundo milagro” y sigue desafiando a los escépticos.