“Los susurros del demonio”: la carta de la hermana Clare sobre el peligro de querer agradar a todos
Suzy Donovan, una joven de Jacksonville (Estados Unidos), recibió una carta de la hermana Clare Crockett. En ella, la religiosa le habla sobre un tema que afecta a muchos: el deseo de agradar a todos. El mensaje nos puede ayudar a luchar contra estos “susurros del demonio”.
“Para ser libre y poder seguir a Dios de verdad, uno tiene que cortar con todas sus ‘seguridades’”, escribe la hermana Clare al inicio de su carta. Con estas palabras, comienza una reflexión dirigida a Suzy, a quien conoció durante su misión en Estados Unidos.
En el texto, la hermana Clare advierte sobre las falsas seguridades que nos alejan del camino de Dios. El miedo a perderlas nos lleva a crear preguntas vanas, que ella llama “susurros del demonio”.
“Esas preguntas nos torturan. Son como un torbellino dentro de nosotras”, escribe.
La religiosa indica que vivir intentando “quedar bien” paraliza el alma y nos impide actuar con libertad.
“Cuando alguien (cuando tú) intentas ‘quedar bien’, tus intenciones para hacerlo son incorrectas. Tus miedos constantes sobre qué va a pensar la gente de ti, te paralizan, te des cuenta tú o no te des cuenta”.
Suzy generosamente compartió esta carta y hoy este mensaje puede tocar muchos corazones. Si alguna vez te has sentido prisionero del “qué dirán”, de la inseguridad o del deseo de agradar, esta carta también es para ti.
La carta de la Hermana Clare a Suzy:
Querida Suzy,
Para ser libre y poder seguir a Dios de verdad, uno tiene que cortar con todas sus “seguridades”, muchas veces vanas y falsas seguridades.
La imagen puede ser (y muchas veces es) una falsa seguridad. Es algo detrás de lo que nos podemos “esconder”. Es algo de lo que dependemos demasiado: “¿Qué pensarán de mí si me ven así?” “¿Parezco gorda?” “¿Mi pelo está feo?” “¿La gente todavía querrá estar conmigo si tengo un brote de acné?”…
Esas preguntas nos torturan. Son como un torbellino dentro de nosotras. Son los susurros del demonio que, con estas preguntas vanas, superficiales y tristes, nos distrae de dónde queremos ir de verdad, de quién queremos ser de verdad, de quién somos de verdad.
Cuando alguien (cuando tú) intentas “quedar bien”, tus intenciones para hacerlo son incorrectas. Tus miedos constantes sobre qué va a pensar la gente de ti, te paralizan, te des cuenta tú o no te des cuenta. Una manera de romper con esa “falsa imagen”, con esa banal seguridad, es no darle tanta importancia a tu exterior. ¡Por eso te pido lo que te pido! ¿Qué más te da lo que la gente piensa de ti?
“El amor (y permíteme añadir la entrega y la obediencia) es la belleza del alma”.
Hna. Clare