¿Los perros pueden ver a los demonios? La curiosa respuesta de un exorcista
Muchas personas que han vivido un experiencia de infestación demoníaca aseguran que sus perros percibían a los demonios. ¿Es esto cierto?
En un artículo redactado para Diario de un Exorcista, Monseñor Stephen Rossetti cuenta su experiencia con los perros y los demonios.
¿Los perros pueden ver a los demonios? La curiosa respuesta de un exorcista
“Un hombre me llamó y me dijo que su casa estaba infestada. El dueño anterior hizo cosas pecaminosas y rituales ocultos en la casa. No es de extrañar que él, el próximo propietario, haya heredado los demonios”, cuenta el sacerdote.
“La casa tenía todo tipo de señales típicas de infestación, como caídas repentinas de temperatura, figuras de sombras, objetos en movimiento, sonidos extraños y más. Todo el infierno se desató… literalmente”.
Según el sacerdote “una de sus primeras señales fue que el perro de la familia comenzó a ladrar de manera incontrolable y poco característica. No era el ladrido normal del perro, sino algo estridente y alarmante. El perro estaba sintiendo claramente algo peligrosamente maligno”.
“Algunos perros ven demonios. No sé si todos lo hacen, pero hay muchas historias de perros que detectan demonios y ladran incontrolablemente. En el famoso caso del libro, ‘El demonio de Brownsville Road’, el perro de la familia se estacionó en la puerta del dormitorio de los padres por la noche y se mantuvo alerta, ladrando salvajemente cuando el demonio se acercaba. Nosotros mismos sabemos de un perro en nuestra área que puede sentir demonios y ladra alarmantemente cuando uno se acerca. Si bien los animales no repelen a los demonios, pueden actuar como centinelas“.
“Este es solo un ejemplo más de lo talentosos y leales que son los perros. Se interpondrán entre una familia y un demonio y aullarán para proteger a sus seres queridos. Recuerdo que en una sesión de exorcismo el demonio se quejó de que lo estaba tratando como a un perro. Mi respuesta: ‘No ensuciaría el nombre de estas amadas criaturas y te compararía con ellas. Son leales, fieles y amables. Tú no eres ninguna de estas cosas. No mereces que te llamen perro'”, concluye el sacerdote.