Las distintas opiniones del exorcista Amorth y el Padre Fortea sobre los fantasmas

Créditos: RTVE.es

Seguramente te has preguntado si los católicos debemos creer en los fantasmas. Aquí te respondemos según el criterio de dos sacerdotes: el padre Gabriele Amorth y el padre José Antonio Fortea.

La cuestión de los fantasmas genera un debate entre diferentes teólogos y sacerdotes. El Evangelio de san Marcos, nos dice que en una ocasión los apóstoles confundieron a Jesús con un fantasma (Mc 6, 49).

Además, relatos de místicas católicas como santa Margarita María de Alacoque, la beata Ana Catalina Emmerick o de santa Faustina de Kowalska; dan testimonio de que recibían visitas de almas del purgatorio.

Los fantasmas y las posturas en la Iglesia

Lo primero que hay que decir es que no existe una posición claramente definida por parte de la Iglesia. Hay quienes, como el célebre sacerdote exorcista Garbriele Amorth, niegan la posibilidad de su existencia.

En su libro Memorias de un exorcista, el padre Gabriele responde: “No, son pura invención, o trucos del demonio, que se manifiesta en forma de lo que llaman espíritus o fantasmas. Sólo existen ángeles, demonios y hombres”.

Sin embargo, otros sacerdotes como el padre José Antonio Fortea tienen una postura diferente. En su obra Summa Demoniaca, el padre Fortea afirma que “Los fantasmas son apariciones de
personas que están en el purgatorio” (p. 133).

Al mismo tiempo, dice que las apariciones de fantasmas son muy distintas a la infestación demoníaca, fenómeno por el que un demonio posee un lugar. El demonio al poseer un
lugar puede mover cosas a voluntad o provocar ruidos u olores.

¿Cuáles son las características de las apariciones fantasmales? Menciona tres: el alma se aparece con forma humana, no dice nada, se aparece con carácter amenazante y terrorífico.

A diferencia de la infestación, nunca mueve objetos ni produce ruidos. Así lo describe el sacerdote:

“Cuando se aparece se queda mirando, con cara de pocos amigos, y después desaparece sin más. Sabemos que no es un demonio porque además de que el fenómeno nunca va a más, desaparece si se dicen misas y oraciones por su alma. Esas apariciones son un modo de llamar la atención para que se rece por ella”.

¿Tú que piensas? ¡Roguemos por todas las almas del purgatorio!

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