¿El cuerpo físico es más importante que el alma? La reflexión de un sacerdote sobre la pandemia de Covid-19
“Lamentablemente, no manejamos bien las cosas”, dice Monseñor Charles Pope, sacerdote de la Arquidiócesis de Washington, DC (EE.UU) refiriéndose a la pandemia de Covid-19. Y agrega: “pero tengo la esperanza de que hayamos aprendido algunas lecciones valiosas”.
Se refiera a la respuesta de la Iglesia y los católicos respecto a la situación que planteó el surgimiento del nuevo virus y las consecuencias que trajo para la vida religiosa.
En un artículo redactado para National Catholic Register, Mons. Charles Pope plantea una realidad que interpela a los católicos: ¿El cuerpo físico es más importante que el alma?
La reflexión de un sacerdote sobre la pandemia de Covid-19
“Transmitimos la idea de que el cuerpo físico es más importante que el alma”, dice Mons. Charles Pope como una crítica a muchos católicos. Y reflexiona: “Al cancelar la Misa y negar la Sagrada Comunión y la confesión durante un período tan prolongado, parecíamos enviar el mensaje de que nuestros cuerpos son más importantes que nuestras almas“.
Según el sacerdote, durante la pandemia de Covid-19, “no nos esforzamos lo suficiente para brindar acceso a los sacramentos de otras maneras”.
“¡Ojalá la gente en todas partes tuviera tanto enfoque en la enfermedad del pecado y los efectos mortales y eternos del pecado mortal! Imagínese si la gente estuviera dispuesta a tomar medidas drásticas para evitar la propagación del pecado y el escándalo“, comenta.
“Para mí, como pastor, es una gran preocupación que un número significativo de personas haya recibido el mensaje de que los sacramentos no son tan esenciales. Tal como se piensa, es posible que deba arriesgar su salud para ir a comprar comida o licor o participar en una protesta, pero recibir los sacramentos no es lo suficientemente importante como para correr el riesgo de enfermarse”.
“Vamos a tener que trabajar muy duro para deshacer el mensaje que muchos recibieron y convocarlos de regreso a los sacramentos con un sentido de alegría y alarma, con ánimo y advertencia”, concluye Mons. Charles Pope.
¿Qué piensas de estas reflexiones?
Este artículo fue traducido y adaptado de National Catholic Register.
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