La oración que San Juan Pablo II le rezó a la Virgen de Chiquinquirá
Cada 9 de julio, celebramos a Nuestra Madre, la Virgen de Chiquinquirá, que fue declarada patrona de Colombia por el Papa Pío VII en 1829 y es una de las advocaciones marianas más queridas por muchos en el país.
Su historia se remonta a finales del siglo XVI, cuando una imagen de la Virgen del Rosario fue trasladada desde la capilla de Sutamarchán a una finca en Chiquinquirá, Boyacá, en el centro del país.
Con el tiempo, esta imagen, deteriorada por el paso de los años, recobró milagrosamente su esplendor. Desde entonces, Nuestra Señora de Chiquinquirá ha sido fuente de consuelo, fe y esperanza para miles de fieles que acuden a ella con confianza.
Su fama se extendió por todo el continente y en 1986 el Papa San Juan Pablo II visitó su santuario y le dedicó una sentida oración.
Oración de San Juan Pablo II a la Virgen de Chiquinquirá
Oh Virgen, bella flor de nuestra tierra,
envuelta en luz del patrio pabellón,
eres tú nuestra gloria y fortaleza,
madre nuestra y de Dios.
En burda tela avivas tu figura
con resplandor de lumbre celestial,
dando a tus hijos la graciosa
prenda de la vida inmortal.
Orna tus sienes singular
corona de gemas
que ofreciera la nación,
símbolo fiel del entrañable
afecto y del filial amor.
A Ti te cantan armoniosas voces
y te aclaman por Reina nacional
y el pueblo entero jubiloso
ofrenda el don de su piedad.
Furiosas olas a la pobre nave
contra escollos pretenden azotar;
tu cetro extiende y bondadosa
calma las olas de la mar.
Brote la tierra perfumadas flores
que rindan culto a tu sagrado altar;
prodiga siempre a la querida patria
los dones de la paz.
A Ti, Jesús,
el Rey de las naciones,
a quien proclama el corazón por Rey,
y al Padre y Padre
y al Espíritu se rinda gloria, honor y poder.
Amén.