"Ella está aquí", la experiencia de un exorcismo que te convencerá de consagrarte a la Virgen
La consagración a la Virgen es algo que todos los católicos debería considerar. ¿Aún no lo has hecho? Lee esta historia.
Muchas veces, las pequeñas narraciones de eventos extraordinarios nos recuerdan el poder del arsenal espiritual que nos provee Dios a través de la Santa Iglesia Católica. Una de estas “armas” contra el demonio y el mal es la consagración a la Virgen.
En un artículo publicado en Diario de un Exorcista por Monseñor Stephen Rossetti, el sacerdote recuerda una anécdota que revela la importancia de encomendarnos a la especial protección de Nuestra Madre.
“Ella está aquí”, la experiencia de un exorcismo que muestra el poder de la consagración a la Virgen
“Fue un caso muy duro. La joven estaba poseída por cientos de demonios con el mismo Satanás dirigiéndolos personalmente. Pero cuanto más difícil es el caso, más fuertes son las gracias que Dios da. En este caso, sabía que necesitaríamos lo mejor que Dios pudiera enviar.
Estábamos acercándonos al final, después de incontables horas de sesiones horribles y dolorosas. Los demonios se estaban debilitando y ahora eran más obedientes, para su consternación. Les ordené, en el nombre de Jesús, que nos dijeran: ‘¿Cuándo se irán y por qué medios?’ Los demonios respondieron de mala gana con una fecha dentro de dos semanas y dijeron: ‘Ella vendrá’.
Todos en la sala sabían quién era ‘ella’. Los demonios no dirían el nombre de la Madre de Dios. Su nombre, como el de su Hijo, es santo en sí mismo.
Finalmente llegó el día y se acercaba el momento. La habitación se quedó en silencio y la mujer poseída dijo: ‘Ella está aquí’. Cuando la Virgen se acercó en silencio, los demonios comenzaron a agitarse salvajemente. No dijo nada, pero la luz radiante de Cristo que brillaba a través de la humilde esclava de Dios era abrumadora.
Satanás mismo gritó. Después de gritar y golpearse varias veces, el Príncipe de las Tinieblas se fue. Se terminó.
Ahora, pido a todos los poseídos que se consagren a la Madre de Dios como parte del proceso de curación. Le pedimos a María no solo que expulse a los demonios, sino que proteja a la persona afligida por el resto de sus vidas, hasta que ella los reciba en el Reino.
Las Puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia ni contra su Madre”.
¡La consagración a la Virgen María es como ponerte bajo su manto!
Este artículo fue publicado originalmente en Diario de un Exorcista.
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