Descubre por qué ser monja es perfectamente bíblico
Muchos hermanos protestantes creen que la vida consagrada, como la de una monja, es un invento del catolicismo. Esto, como muchas otras realidades de la doctrina o religiosidad católica, tiene un origen bíblico.
Todos los seres humanos, por el bautismo, estamos llamados a seguir a Jesús y a imitarlo. Sin embargo, algunas personas responden a este llamado haciendo una entrega total de su propia vida. Esta opción es deseada por Dios y se toma libremente por amor.
Estas personas se consagran totalmente a Dios, por eso se conoce a esta forma de vivir como “vida consagrada”. Quienes siguen esta vocación, siguen especialmente los “consejos evangélicos” predicados por Jesús en el Evangelio: pobreza, castidad y obediencia.
Sin embargo, aunque esta forma de vida tiene un claro origen evangélico, muchos hermanos cristianos afirman que no existe fundamento bíblico para esta práctica. Dejando de lado los problemas que tiene en sí misma la doctrina de Sola Scriptura, aquí te compartimos citas de La Biblia que demuestran lo contrario.
Descubre por qué la vida consagrada es perfectamente bíblica
“A los solteros y a las viudas, les aconsejo que permanezcan como yo. Pero si no pueden contenerse, que se casen” (I Cor 7, 8)
“Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes. El que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al Señor. En cambio, el que tienen mujer se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su mujer, y así su corazón está dividido” (I Cor 7, 32-33)
“También la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del Señor, tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. La mujer casada, en cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su marido” (I Cor 7, 34).
“Por lo tanto, el que se casa con la mujer que ama, hace bien; pero el que no se casa, obra mejor todavía” (I Cor 7, 38)
Aunque no aparece la palabra “monja” o “monje”, a través de estos pasajes bíblicos de la Primera Carta a los Corintos, San Pablo define claramente la esencia de la vida consagrada: personas que no contraen matrimonio y viven en absoluta entrega a Dios en castidad.
Así que ya sabes, además de la vida de Jesús -que es el principal testimonio de pobreza, obediencia y castidad- San Pablo define claramente la vida consagrada. Ser monja es perfectamente bíblico.
¿Tú qué piensas?