El corazón de Santa Teresa de Jesús y la prueba de la transverberación
Santa Teresa de Ávila, o también conocida como Santa Teresa de Jesús, nace el 28 de marzo el 1515, y hoy, como cada 15 de octubre, se la celebra.
Junto con San Juan de la Cruz reformó a los carmelitas fundando la Orden de Carmelitas Descalzos. Muere en 1582 después de una grave enfermedad.
Ella tenía éxtasis y visiones que eran naturales a su espiritualidad tan fina. En una de ellas ocurre la transverberación. Es decir, ella es atravesada por un arma.
Esto dice el texto:
“Vi a mi lado a un ángel que se hallaba a mi izquierda, en forma humana. Confieso que no estoy acostumbrada a ver tales cosas, excepto en muy raras ocasiones. Aunque con frecuencia me acontece ver a los ángeles, se trata de visiones intelectuales, como las que he referido más arriba.
El ángel era de corta estatura y muy hermoso; su rostro estaba encendido como si fuese uno de los ángeles más altos que son todo fuego. Debía ser uno de los que llamamos querubines . . . Llevaba en la mano una larga espada de oro, cuya punta parecía un ascua encendida.
Me parecía que por momentos hundía la espada en mi corazón y me traspasaba las entrañas y, cuando sacaba la espada, me parecía que las entrañas se me escapaban con ella y me sentía arder en el más grande amor de Dios.
El dolor era tan intenso, que me hacía gemir, pero al mismo tiempo, la dulcedumbre de aquella pena excesiva era tan extraordinaria, que no hubiese yo querido verme libre de ella”.
Lo curioso es que…
Cuando la Santa Teresa de Jesús murió, se le hizo la autopsia correspondiente. En esta se informó algo sorprendente: su corazón tenía una cicatriz. Era una herida larga y profunda. Demostrando así que su éxtasis, donde un ángel le traspasa el corazón, fue real.
¡Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros!