Bilocación, "leer" corazones y estigmas: 3 dones espirituales del Padre Pío
San Pío de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, es uno de los santos más queridos en la Iglesia Católica. El místico italiano del siglo XX es conocido por varias cosas, una de ellas son sus extraordinarios dones espirituales.
El Señor dotó a San Pío con muchos dones espirituales, incluyendo el don de la sanación, la capacidad de “leer” los corazones, la bilocación, la profecía y los estigmas.
Conoce más sobre 3 de los dones espirituales más notables asociados con el Padre Pío
1. Lectura de Corazones
El don de leer los corazones permitía al Padre Pío discernir el engaño de alguien durante el sacramento de la Confesión o si la persona había olvidado un pecado grave.
Cuando descubría alguno de estos engaños, les decía a los penitentes los pecados que necesitaban confesar. Este don le valió una reputación como un confesor perspicaz y un director espiritual muy buscado.
2. Bilocación
El don de la bilocación permite a una persona estar en dos lugares al mismo tiempo. Este fenómeno fue reportado múltiples veces por testigos presenciales, quienes vieron al Padre Pío o sintieron su “olor a santidad”.
Este olor característicamente asociado con su presencia es descrito por algunos como rosas y por otros como tabaco. Se dice que el olor era especialmente fuerte cuando emanaba de las heridas de los estigmas.
A través del don de la bilocación, Padre Pío brindaba consuelo a quienes lo necesitaban, incluso cuando estaba físicamente ausente.
“Uno de los casos más notables documentados de bilocación fue la aparición del Padre en el aire sobre San Giovanni Rotondo durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras el sur de Italia seguía en manos de los nazis, los bombarderos estadounidenses recibieron la orden de atacar la ciudad de San Giovanni Rotondo. Sin embargo, cuando se acercaron a la ciudad y se prepararon para soltar sus bombas, un fraile vestido de marrón apareció frente a sus aviones. Todos los intentos de soltar las bombas fallaron. De esta manera, Padre Pío cumplió su promesa de que la ciudad sería perdonada. Más tarde, cuando se estableció una base aérea estadounidense en Foggia, a pocos kilómetros de distancia, uno de los pilotos de este incidente visitó el convento y encontró, para su sorpresa, al pequeño fraile que había visto en el aire ese día sobre San Giovanni”, indicó EWTN. "
“En cuanto a cómo el Padre Pío, con la ayuda de Dios, logró tales hazañas, lo más cercano que llegó a explicar sobre la bilocación fue que ocurría ‘por una extensión de su personalidad’”, agregó.
3. Estigmas
Este es quizás uno de los dones espirituales más conocidos de Padre Pío.
El santo recibió las dolorosas heridas de Cristo en sus manos, pies y costado. A través de este raro don espiritual de los estigmas, experimentó el sacrificio de Cristo de manera personal.
Sus heridas sangraron constantemente durante 50 años y emitieron una fragancia celestial. San Pío escribió sobre su experiencia al recibir los estigmas:
“Era la mañana del 20 de septiembre de 1918. Yo estaba en el coro haciendo la oración de acción de gracias de la Misa y sentí poco a poco que me elevaba a una oración siempre más suave, de pronto una gran luz me deslumbró y se me apareció Cristo que sangraba por todas partes. De su cuerpo llagado salían rayos de luz que más bien parecían flechas que me herían los pies, las manos y el costado. Cuando volví en mí, me encontré en el suelo y llagado. Las manos, los pies y el costado me sangraban y me dolían hasta hacerme perder todas las fuerzas para levantarme. Me sentía morir, y hubiera muerto si el Señor no hubiera venido a sostenerme el corazón que sentía palpitar fuertemente en mi pecho. A gatas me arrastré hasta la celda. Me recosté y recé, miré otra vez mis llagas y lloré, elevando himnos de agradecimiento a Dios”.
Los dones espirituales de Padre Pío fueron fuente de devoción profunda y escepticismo pasajero.
Millones de peregrinos visitan San Giovanni Rotondo para sentirse más cerca del santo. San Pío de Pietrelcina fue canonizado por San Juan Pablo II en 2002.