4 mitos sobre la infalibilidad del Papa ¿Es cierto que nunca se equivoca?
La infalibilidad pontificia es un dogma de la Iglesia Católica. Es decir, una verdad divinamente revelada e irreformable que ha de ser creída por todos los fieles católicos del mundo sin excepción. Sin embargo, muchos no católicos (y no pocos católicos) no terminan de entender bien en qué consiste este dogma y terminan creyendo algunos mitos anticatólicos sobre este tema.
Aquí te exponemos los más comunes:
Mito 1: El Papa nunca se equivoca
Verdad: El papa solo es infalible en muy contadas ocasiones. Así lo definió el Concilio Vaticano I cuando dijo que “cuando, ejerciendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, en virtud de su Suprema Autoridad Apostólica, define una doctrina de Fe o Costumbres y enseña que debe ser sostenida por toda la Iglesia…”.
¡Eso ha ocurrido muy pocas veces en la historia! El Papa se puede equivocar en muchas cosas como cualquier otro ser humano: se puede confundir usando medias de distintos colores, con el idioma de un discurso o pensando que Maradona es mejor que Pelé… ¡ups!
Mito 2: La infalibilidad papal no está en La Biblia
Verdad: Si alguien trata de encontrar en la Biblia un versículo que menciones específicamente la expresión “infalibilidad pontificia” por supuesto que fracasará, pero eso no significa que sea verdad.
La Biblia tampoco menciona la palabra Trinidad pero es una verdad creída por la mayor parte de religiones autodenominadas cristianas.
La Biblia nos menciona que Jesús edificó su Iglesia sobre Pedro (Mateo 16, 18), a él le da las llaves del reino de los cielos y le da la misión de atar y desatar en la tierra quedando esto confirmado por el cielo (Mateo 18, 19), Pedro es el primer apóstol en ser nombrado en todas las listas de apóstoles que aparecen en la Biblia y, lo más importante, hay un pasaje bíblico en el que Pedro ejerce su infalibilidad.
En el capítulo 15 del libro de los Hechos surgió una discusión en la Iglesia: ¿los gentiles conversos al cristianismo debían ser circuncidados como los judíos? En medio de la discusión Pedro se levantó y dijo:
“¿Por qué, pues, ahora tentáis a Dios imponiendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros antepasados ni nosotros pudimos sobrellevar? Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos”.
Luego de esto Pedro mandó a Pablo y Bernabé a Antioquía (lugar donde nació el debate) con una carta en la que les comunicaba la decisión. Gracias a esa infalible decisión los cristianos nunca más hemos discutido si debemos circuncidarnos o no. Roma locuta est, causa finita est.
Mito 3: La infalibilidad es un invento del Concilio Vaticano I
Verdad: Muchos creen que cuando se declara un dogma la Iglesia se lo está inventando. ¡Eso es completamente falso! Si bien es cierto que el CVI definió el dogma, este ya era creído desde siempre. Tenemos el testimonio de incontables cristianos que ya lo creían, por ejemplo:
“Sin embargo, para manifestar la unidad estableció una cátedra, y con su autoridad dispuso que el origen de esta unidad empezase por uno […] A Pedro se le da el primado, para que se manifieste que es una la Iglesia de Cristo“. San Cipriano de Cartago, año 253.
“Pedro, el más grande y fuerte de todos los apóstoles, y aquel que por su vida fue el portavoz de todos los demás”. Eusebio de Cesarea, año 340.
“Y el bienaventurado Simón, que después de su confesión sostiene el edificio de la Iglesia y ha recibido las llaves del reino de los cielos”. San Hilario de Poitiers, año 367.
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia… ¿ No podrá entonces Él (Cristo) fortalecer la fe del hombre a quien actuando con su propia autoridad le dio el reino y a quien llamó la roca declarándolo así cimiento de la Iglesia?”. San Ambrosio de Milán, año 397.
“Aquel gran hombre, el discípulo de los discípulos, el maestro entre los maestros, el cual ejerciendo el gobierno de la Iglesia de Roma, poseía la autoridad en la fe y en el sacerdocio. Dinos, por lo tanto, te rogamos que nos digas, Pedro, príncipe de los apóstoles, cómo las iglesias deben creer en Dios”. San Juan Cassiano, año 435.
“Los decretos del Romano Pontífice, que descansan en la supremacía de la Sede Apostólica, son incuestionables”. Isidoro de Sevilla, año 636.
Mito 4: El papa no puede ser infalible porque solo Dios es infalible
Verdad: Es cierto que solo Dios es infalible en absolutamente todas las cosas, por eso los católicos creemos que el papa solo es infalible en situaciones muy puntuales, no en todas. (Revisar el mito 1 para una mayor explicación)