El Padre Goyo Hidalgo de la Arquidiócesis de Los Ángeles, Estados Unidos, lamentablemente, tuvo que pasar este fin de semana en el hospital recuperándose de una operación.

Aun así, a pesar de que se encontraba en descanso, hospitalizado, Dios le tenía una misión importante, y algo tierna ¡Cómo se ve que la misión de un sacerdote nunca termina!

Esta anécdota lo compartió en su cuenta de Twitter:

“Una persona tocó a mi puerta en el hospital,
‘Hola. Escuchamos que era sacerdote. Esperaba que pudieras confesarme’
‘Por su puesto. Entra… espera, ¿qué quisiste decir con escuchamos’.
‘Ah, cierto. Hay más personas afuera esperando confesión’.
De pronto, otra persona apareció en la puerta: ‘Hola padre’.
#DivinaMisericordia en su máximo esplendor”.

Oremos por nuestros sacerdotes cuya vocación nunca descansa.

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