San Juan Crisóstomo:
“En el momento de la Santa Misa, los Ángeles rodean al sacerdote, y todo el altar y todo el lugar del sacrificio se llena de potestades celestes para honrar a Dios, que allí está”.

San Basilio Magno:
“Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida”.

San Roberto Belarmino:
“Aquellos más cercanos a Dios en el cielo, los serafines, son llamados los ardientes porque más que los otros ángeles toman su fervor y ardor del fuego intenso de Dios”.

San Juan Bosco:
“Cuando seas tentado invoca a tu ángel, el está más dispuesto a ayudarte de lo que tú estás dispuesta a dejarte ayudar. Ignora al demonio y no le temas; porque el tiembla y huye ante la mirada de tu ángel de la guarda”.

San Juan María Vianney:
“¡Qué feliz el Ángel Guardián que acompaña a un alma a la Santa Misa!”.

G. K. Chesterton:
“Los ángeles pueden volar porque se toman a sí mismos a la ligera”.

San Pío X:
“Si los ángeles pudieran tener envidia, ellos nos envidiarían por la Santa Comunión”.

Santa Faustina Kowalska:
“Tengo una gran veneración por San Miguel arcángel, él no tuvo ejemplos en el cumplimiento de la voluntad de Dios y, sin embargo, cumplió fielmente los deseos de Dios”.

San Agustín de Hipona:
“Fue el orgullo que cambió ángeles en demonios; es la humildad que hace que los hombres sean como los ángeles”.

San Juan Bosco:
“Pide a tu ángel que te consuele y te ayude en tus últimos momentos”.

[Ver: 12 cosas que todo cristiano debería saber sobre los Ángeles]

[Ver: 13 cosas que tal vez no sabías del diablo y sus demonios, según exorcista Fortea]

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