San Benito de Nursia es el autor de la famosa regla de San Benito y de la famosa medalla de protección.

Una de las primeras biografías de su vida fue escrita por el Papa San Gregorio Magno y en ella se incluyen muchas historias de milagros increíbles realizados por el monje.

Estos son los 7 milagros de san Benito de Nursia:

1. Rompió un vaso lleno de veneno al bendecirlo con la Señal de la Cruz

El abad de un monasterio cercano murió y los monjes de ese convento pidieron a San Benito asumir el puesto y convertirse en su nuevo abad.

San Benito era más estricto que el abad anterior y en poco tiempo los monjes llegaron a odiarlo. Por lo que decidieron matarlo y pusieron un poco de veneno en su copa de vino.

Pero cuando él hizo la señal de la cruz para bendecir el vino, la copa se rompió de repente como si una roca hubiera sido lanzada contra ella.

2. Salvó a un hombre de ahogarse al convertirse brevemente en otra persona

Un monje llamado Plácido estaba tomando agua del lago, accidentalmente cayó al agua y fue arrastrado rápidamente por la corriente.

A pesar de que Benito se encontraba a una buena distancia del lago, milagrosamente supo lo que había sucedido y de inmediato ordenó a otro monje llamado Maurus correr hacia el lago para salvar a Plácido.

Cuando Maurus llegó al lago – sin pensarlo- corrió sobre la superficie del agua, agarró a Plácido por el pelo y lo arrastró hasta la orilla.

Y aquí es donde las cosas se ponen todavía más extrañas. Hablando sobre el evento más tarde ese mismo día, Maurus insistió en que difícilmente había estado consciente de caminar sobre el agua mientras lo hizo.

¿Y Plácido? Él afirmó que la persona que lo había sacado del agua en el medio del lago no llevaba puesta la ropa de Maurus, sino la de san Benito.

3. Leía la mente de sus monjes

Algunos de sus monjes fueron enviados a entregar un mensaje a otra ciudad. Durante el tiempo del viaje, Benito les ordenó ayunar, como era su costumbre.

Pero el viaje duró un poco más de lo que esperaban y alguien les invitó a su casa para una buena comida y ellos aceptaron.

Cuando regresaron, él inmediatamente les preguntó dónde habían estado comiendo.

Cuando le respondieron que no habían comido en ningún lugar, san Benito les dijo donde habían comido, lo que habían comido y cuantas bebidas habían tomado.

4. Resucitó a un niño

Durante un proyecto de construcción en la abadía, el mismo satanás vino a San Benito y le dijo que planeaba atacar a los monjes que trabajan en el proyecto.

Benito inmediatamente, envió un mensaje de advertencia a los trabajadores. Tan pronto como llegó el mensaje, una pared parcialmente terminada se colapsó sobre un niño pequeño que estaba ayudando con el trabajo, causándole la muerte.

Golpeados por la pena, los monjes trajeron el cuerpo muerto y mutilado a Benito, quien puso el cadáver del pequeño en una mesa, sacó a todos de la habitación y comenzó a orar.

Milagrosamente, el niño volvió a la vida y su cuerpo fue sanado de todas las lesiones.

5. Movió una enorme piedra con su oración

Algunos monjes estaban ocupados construyendo nuevas celdas en la abadía y se encontraron con una enorme piedra que bloqueaba el camino de la construcción. Incluso trabajando todos juntos, no fueron capaces de mover la piedra.

Llamaron a san Benito, y él dijo una oración y ellos fueron capaces de mover con facilidad la piedra.

6. Exorcizó a un demonio obstinado

Un hombre de un pueblo cercano estaba poseído por un demonio y su obispo local no pudo exorcizarlo.

Finalmente, el obispo llamó a Benito, quien invocó a Nuestro Señor Jesucristo en oración e inmediatamente liberó al hombre del demonio.

Benito le dejó al hombre dos reglas a seguir para evitar otro ataque demoníaco:

1. Abstenerse de comer carne el resto de su vida

2. No tratar de entrar en el sacerdocio

7. No se inmutó por el engaño del diablo

Durante una construcción, Benito pidió que los monjes cavaran un agujero profundo en un determinado lugar. Los monjes encontraron un viejo ídolo de bronce.

Por alguna razón, uno de los monjes puso el ídolo en la cocina; no con la intención de adorarlo, sino sólo como un lugar para ponerlo.

De repente, un incendio masivo se desató en la cocina. Preocupados de que el fuego pudiera engullir toda la construcción, los monjes llamaron a san Benito, quien dijo que no veía ningún fuego.

Cuando los monjes insistieron que la cocina estaba en llamas, Benito se dio cuenta de que las llamas eran un truco del diablo para asustarlos– un truco que era totalmente ineficaz en él.

Él oró para que los monjes fueran liberados del engaño y rápidamente lo fueron.

¡San Benito, ruega por nosotros!

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