¿Sabías del Papa que por primera vez prohibió fumar en público?

Era el siglo XVI, y los europeos acababan de traer algo muy popular en el nuevo mundo: el tabaco. A medida que su uso se extendió por toda Europa, surgieron preguntas acerca de su uso apropiado.

Aparentemente, algunas personas comenzaron a fumar cerca a las iglesias y algunos comenzaron a incomodarse. Esto se convirtió en un problema tan grande que el papa de aquél entonces decidió pronunciarse al respecto.

El papa Urbano VII fue electo el 15 de setiembre de 1590, pero murió tan solo 12 días después, haciendo de su papado el más corto en la historia. Aún así, se las arregló para intervenir en el debate del tabaco.

Fue así que tomó una drástica decisión: cualquiera que sea sorprendido usando tabaco en los alrededores o dentro de una iglesia, ya sea masticándolo, fumándolo con una pipa, o inhalándolo en forma de polvo por la nariz sería excomulgado.

No está claro en qué grado esta prohibición se hizo efectiva. Sin embargo, la prohibición se mantuvo en los libros hasta el siglo XVIII, cuando el Papa Benedicto XIII, finalmente la derogó.

Nótese que la Iglesia no prohibió fumar en general, tan solo fumar dentro o alrededor de los templos, lo cual probablemente no sea una buena idea. En el contexto apropiado, la Iglesia generalmente aprueba que algunas cosas puedan ser disfrutadas si son usadas con moderación.

Como G. K. Chesterton dijera en el siglo XX “En el catolicismo la cerveza, la pipa y la cruz van muy bien juntas”.

[Ver: La curiosa historia del Santo patrón de los cerveceros, San Arnulfo de Metz]

[Ver: El día que la Iglesia prohibió bautizar con cerveza]

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