20 consejos para mejorar tus momentos de Adoración Eucarística
La Adoración Eucarística es un encuentro real, vivo y transformador con Jesús Sacramentado. Pero ¿cómo podemos disponernos mejor para este momento de gracia? Estos consejos te ayudarán a profundizar tu oración, fortalecer tu fe y vivir una adoración más consciente, amorosa y fructífera.
Uno no puede amar a quien no conoce, y en la vida de todo católico, nada fortalece más la fe que pasar tiempo en oración, y que mejor si lo realizamos frente a Jesús mismo en la Eucaristía. Como decía Santa Catalina de Génova:
“El tiempo que paso frente al Sagrario es el tiempo mejor bien empleado de mi vida”.
Si deseas enriquecer tu oración y crecer en intimidad con Cristo, aquí te compartimos 20 consejos prácticos que pueden ayudarte a vivir con mayor profundidad tu próxima visita al Santísimo Sacramento.
1) Entra con reverencia y silencio
Al llegar a la iglesia donde está expuesto el Santísimo, entra en silencio y con reverencia. Arrodíllate con ambas rodillas como señal de adoración e inclina la cabeza. Este gesto inicial marca la pauta para ponerte inmediatamente en la presencia de Dios.
2) Invoca al Espíritu Santo
Para entrar en la presencia de Jesús, invoca al Espíritu Santo, y pídele que te conceda los dones necesarios para vivir un momento de oración profunda.
3) Haz un acto de fe
Comienza con un acto de fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Puedes decir: "Señor, creo que estás presente bajo el signo del pan en la hostia. Te adoro y te doy gracias". A lo largo del tiempo de adoración, renueva tu oración con actos de fe vivificados por el amor.
4) Adopta una postura corporal adecuada
Recuerda que puedes adorar sentado, de rodillas o de pie. Si estás sólo, puedes incluso postrarte en tierra. Lo importante es que el cuerpo no sea un obstáculo para la oración.
5) Reza los Salmos o la Liturgia de las Horas
Ya sea que estés alabando, dando gracias, pidiendo perdón o buscando una respuesta, encontrarás un salmo apropiado. La Liturgia de las Horas presenta una excelente manera de rezar a través del Libro de los Salmos durante todo el año.
6) Practica la "Oración de Jesús"
Repite "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy un pecador" una y otra vez mientras calmas tu corazón y mente. Esta oración corta puede ayudarte a mantener la concentración y el recogimiento.
7) Reza el Rosario con calma
Haz bien los gestos iniciales: la señal de la Cruz, el golpe en el pecho al pedir perdón. Anuncia el misterio que vas a contemplar y medita un instante en la frase bíblica propuesta antes de comenzar. Reza con calma, sin apresurarte, saboreando cada frase mientras en tu corazón piensas en Jesús.
8) Medita usando las Escrituras
Lee y medita el Evangelio del siguiente domingo o del domingo anterior. Esto te ayudará a vivir y prolongar la celebración de la Misa del Día del Señor. Es bueno que puedas leer el Evangelio directamente de la Biblia y no del celular. Lee el texto no solo una vez, sino dos o tres veces, deteniéndote en las palabras que más te llaman la atención.
9) Simplemente mira a Jesús
La adoración eucarística es la forma más sencilla y directa aquí en la tierra de ver a Dios. Te presentas a su Presencia. Miras a Jesús, Él te mira a ti. Si solo sabes hacer eso, saber que te está mirando con amor ya es mucho.
10) Abre tu corazón a Cristo
Habla con Jesús, consciente de que estás en su presencia, y dile todo lo que te viene a la mente. Escucha su respuesta. Puedes orar como San Francisco instruyó a sus hermanos:
"Te adoro, oh Cristo, presente aquí y en todas las iglesias del mundo, porque por tu santa cruz has redimido al mundo".
11) Expresa tu amor
Dile que le amas con todo tu corazón, aunque no sientas nada. Él quiere atraerte en la dulzura de su Corazón. Permanece en su amor y escucha lo que tiene que decirte.
12) Repite oraciones cortas
No necesitas oraciones elaboradas ni palabras complejas para hablar con Jesús, basta abrir tu corazón. Sin embargo, si te resulta difícil concentrarte, puedes repetir jaculatorias para mantener tu atención en Cristo durante toda la adoración.
Aquí encontrarás algunas jaculatorias que te pueden servir.
13) Pide perdón e intercede por otros
Piensa en aquellos que te han herido y solicita una bendición especial para ellos. Pide a Dios que te perdone por todas las veces que has descuidado o herido a alguien más. Presenta ante el Santísimo Sacramento a todos aquellos que te han pedido que reces por ellos.
14) Incluye a María en tu adoración
Durante tu Hora Santa, pide a la Virgen María que te acompañe. Ella es nuestra Madre y siempre está dispuesta a interceder por sus hijos, a llevarnos de la mano hasta Jesús. Su presencia maternal puede ayudarte a vivir este momento con mayor recogimiento, amor y confianza.
15) Lee la vida de los santos
La mayoría de los santos han tenido una gran devoción a Jesús en la Eucaristía. Santa Teresa de Lisieux, Santa Catalina de Siena, San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, son solo algunos ejemplos. Lee sobre ellos y reza sus oraciones ante el Santísimo Sacramento.
16) Escribe en tu diario de oración
Llevar un diario de oración es una forma concreta y hermosa de cultivar una relación más íntima con Dios. En él puedes plasmar tus oraciones, reflexiones, agradecimientos y preocupaciones. Con el tiempo, este diario se convierte en testimonio de tu caminar espiritual y del obrar de Dios en tu vida.
Conoce más sobre el diario de oración aquí.
17) Mantén el silencio interior
Es fundamental que tengas una actitud interior de silencio. No se refiere solo a no hablar o hacer ruidos, sino a la concentración y actitud de recogimiento. Los momentos de silencio son completamente vitales para escuchar el susurro de la Voz de Jesús.
18) Ten paciencia contigo mismo
No debes reprocharte si no encuentras respuestas rápidas en la meditación, sino que debes proceder despacio, con paciencia y humildad. Si te distraes o te cansas, es normal. Lo importante es volver suavemente tu atención a Jesús presente en el Santísimo.
19) Pide ayuda a tu ángel de la guarda
Pídele a tu ángel de la guarda que te ayude a adorar. Reconoce que eres digno de ser amado y da gracias por este Dios que te ama tal como eres y que te llama a la vida eterna.
20) Termina siempre con gratitud
Antes de concluir tu tiempo de adoración, dedica unos minutos a dar gracias a Jesús por haberte permitido estar en su presencia. Agradece específicamente por las gracias recibidas durante ese tiempo, por su amor incondicional, y por el don de la Eucaristía. Puedes decir algo como:
"Gracias, Jesús, por este tiempo contigo. Gracias por amarme tal como soy. Te pido que me ayudes a llevar tu presencia conmigo el resto del día".