La adolescencia es una etapa muy especial en la vida de todo ser humano. Con los cambios biológicos naturales también vienen las tensiones por las nuevas responsabilidades de quienes hasta hace poco tan solo eran unos niños.

Así que es un buen momento para recurrir a Dios. Él siempre está dispuesto a escucharnos y mucho más en los momentos de angustia. Por eso les compartimos esta antigua oración que puede rezar todo adolescente:

¡Señor! Te llamo desde mi soledad…Para los mayores a veces soy una cosa cualquieraPara mí mismo, un enigma”.¡Qué edad la mía!Río locamente y lloro al instante.Me acobardo y ambiciono, amo y odio.No comprendo la vida. Ni me comprendo a mí mismo.Y los mayores tampoco comprenden mi situación.A ti, que fuiste adolescente, ofrezco mis alegrías,mis ilusiones.Mis dudas, mi dolor, mis primeros fracasos.Dame tu luz, tu gracia y tu amor. Los necesito.Tu Luz! Para ver claro mi camino, mi futuro, misposibilidades, mi limitación. Amén.

 

Comparte