En muchos países de latinoamérica es común celebrar de manera especial cuando una chica cumple 15 años, y aunque en muchos casos todo se vuelve un tanto superficial los cristianos sabemos que también estamos llamados a ser testimonios en ese momento especial.

Por eso hoy les compartimos el testimonio de una madre católica quien contó a través de su cuenta de Facebook cómo celebró cristianamente los 15 años de su hija. ¡De seguro podrán copiarle algunas ideas!

¿Por qué una celebración especial cuando una chica cumple 15 años?

En México esto es una tradición que, según algunas versiones, se remonta a la época pre hispánica. Cierto o no, esta costumbre ha sido como la presentación de una mujer en sociedad, es decir, ha llegado a cierta edad en que pasa de ser niña a mujer y está lista para comenzar a buscar un esposo.

Hoy las chicas no tienen necesariamente esta idea al festejar sus 15 años, es más bien un pretexto para hacer una gran fiesta, usar un vestido ostentoso, maquillarse y usar tacones por primera vez. Para nosotros las motivaciones fueron otras, queríamos que esta tradición fuera un parte aguas en su vida, en donde, efectivamente ya no es más una niña y comienza a hacerse cargo de sus decisiones cada vez más.

Esto no es fácil y quisimos que fuera como un ofrecimiento o una consagración de esta nueva etapa de su vida a Dios para que sea Él quien guíe su camino y le dé luz para encontrar su vocación. Es además una muestra de agradecimiento a Ntro. Señor por la vida de mi hija y por tantas cosas buenas que le ha dado a lo largo de su vida. Eso fue lo que yo le expliqué a ella pues les confieso que ella no quería ningún festejo especial por sus 15 años porque no le gusta ser el centro de atención, pero me parecía que era bueno hacer éste énfasis en que ahora ya comienza a tomar decisiones por ella misma y que lo mejor es ponerlas en las manos de Dios.

Cuando se lo expliqué estuvo de acuerdo porque ya no sintió que el enfoque era centrar la atención en ella, sino más bien en Dios. Lo mejor fue escuchar en la homilía de P. Heenan el mismo enfoque que le explique a mi hija sobre esta celebración. Un detalle muy lindo fue que los cantos estuvieron a cargo de la Pequeña Cantoría de San Pedro que es el coro de voces blancas de nuestra parroquia y donde mi pequeña es miembro fundador.

Toda la misa fue muy bonita y al final el padre le hizo la imposición de la Medalla Milagrosa. Era importante que usara un vestido que fuera modesto y que reflejara que ante todo es una hija de Dios. Los modelos que hay en el mercado para las quinceañeras, además de ser muy caros, distan mucho de ser modestos por lo que escogió un modelo a su gusto que yo pudiera hacer y este fue el resultado. Les dejo algunas imágenes de ese día.

Foto: Karilú Valdés Ávila.
Foto: Karilú Valdés Ávila.
Foto: Karilú Valdés Ávila.
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