En los años 70’ se descubrieron los primeros “mensajes subliminales” en algunas canciones seculares. Venían grabadas “al revés” y solo podían escucharse volteando la cinta de los cassettes. Cuando algunos escritores y predicadores cristianos comenzaron a “denunciar” públicamente el hecho, el resultado fue totalmente contraproducente. Miles de jóvenes (la mayoría, cristianos y/o indiferentes) seducidos por la curiosidad, “volteaban” la cinta de sus cassettes para escuchar en vivo los “misteriosos” mensajes.

En la actualidad, muchos artistas usan abiertamente el ocultismo y el satanismo como recursos comerciales para hacer escándalo y generar comentarios, que al fin y al cabo siempre sirven (ya sean a favor o en contra) según el marketing.

El problema es que los productores de estos artistas se valen de la indignación y la denuncia de los cristianos para hacer que su estrategia tenga mejores resultados. Hacen una canción, videoclip o presentación (como Katty Perry en los Grammys de este año) abiertamente satánicos y se cruzan de brazos a esperar que nosotros les hagamos la publicidad gratuita, denunciándolos o manifestando nuestro repudio. Al final, nosotros somos los “malos” que promovemos vetos y censuras, y ellos son las “víctimas” y los paladines de la libertad individual.

Yo mismo recuerdo haber denunciado letras ocultistas en canciones de artistas famosos y en lugar de recibir el respaldo de los jóvenes, más bien sentía un silencioso “rechazo” a lo que yo les decía.

Es cierto que hay que “poner en evidencia las obras estériles de la tinieblas” (Efesios 5, 11), pero también hay que ser “astutos como serpientes” (Mateo 10, 16) incluso para denunciarlas. Pienso que la principal denuncia en estos casos, debería ser de persona a persona, mediante la persuasión respetuosa y comenzando por nuestro hogar, nuestro círculo familiar y a nivel de comunidades.

Sin embargo, públicamente debemos “ignorarlos” (lo cual implica no escucharlos, no asistir a sus conciertos, no comentar sus presentaciones, no comprar su música, no pedir sus canciones en radios, etc) y por el contrario asumir una actitud positiva en otro sentido. Promover la música positiva, los mensajes edificantes y noticias hermosas. Que la gente sepa que no somos “ANTI” ninguna persona en particular, sino que somos PRO vida, PRO familia, PRO valores, PRO buena música, PRO amor en general. Esta es mi opinión, aunque se aceptan sugerencias para ampliar el debate.

Publicado originalmente en la Bitácora Zanahoria

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